Cuando arrancamos un proyecto es normal sentirse abrumado. Las opciones son tantas que no sabemos por donde empezar. Pero a medida que vamos avanzando y se van afinando los estilos y las configuraciones, se va reduciendo la búsqueda hasta llegar a lo obvio.
Lo importante es ordenar el proyecto e ir de lo más grande a lo mas pequeño para que todo vaya teniendo una respuesta.
- Definí el concepto que querés para el hogar.
- Definí los espacios con claridad: tipos de espacios, proporciones y secuencias.
- Definí las superficies: colores, materiales y texturas.
- Ambientación: iluminación, flujo de aire, temperaturas y niveles de humedad.
- Elementos: mobiliario, decoración y arte.
Si bien cada uno de estos puntos requiere muchísima explicación, este es un punteo básico para dar prioridades al proyecto y poder ordenarlo de manera lógica.